Quien cree estar de vuelta de todo es que nunca ha ido a ninguna parte

No verás muchos objetos como este sobre la faz de la Tierra

Desde luego, no tan de cerca.

Te ruego que hagas una pausa. Que cierres los ojos durante un instante. Y después, que los vuelvas a abrir y mires con profundidad la siguiente fotografía:

El casco de Chernóbyl - The Chernobyl helmet
El casco de Chernóbyl - The Chernobyl helmet. © César Toimil. Todos los derechos reservados. All rights reserved.

Es, efectivamente, un casco de bombero. Un casco de bombero soviético de 1986. Un casco de bombero soviético que estuvo en Chernóbyl la noche del accidente y que ahora yace olvidado en un armario del hospital abandonado de Pripyat, adonde llevaban a los heridos y enfermos durante las primeras horas.
La radiación natural normal suele variar entre veinte y treinta millonésimas de roentgen por hora. El límite máximo de seguridad en la Unión Europea para los trabajadores de la industria nuclear más expuestos equivale aproximadamente a medio roentgen al año (más rigurosamente, 50 milisieverts/año con un máximo de 100 mSv durante cinco años consecutivos). Una exposición a quinientos roentgens en cinco horas se considera generalmente mortal de necesidad. En Hiroshima, una hora después del bombardeo atómico, hacían mil roentgens por hora (Laboratorio Nacional de Oak Ridge, DWG 78-265).
Este casco, y el hombre que se cubría con él, estuvo expuesto a una radiación de veinte mil roentgens por hora durante un periodo de tiempo difícil de determinar pero sin duda prolongado. Muchas decenas de minutos. Puede que más de una hora.
No verás muchos objetos sobre la faz de la Tierra que hayan estado expuestos a semejante radioactividad. No tan de cerca, al menos. Aún hoy, casi un cuarto de siglo respués, este casco sigue siendo un objeto radioactivo peligroso al que no resulta nada conveniente acercarse demasiado. Si alguien va a robarlo, tiene bastantes números para llevarse la penitencia con el pecado y seguirá teniéndolos durante una larga temporada.
Ahora, por favor, vuelve a mirar la foto.
César Toimil se acercó, un poquito, para conseguir esta fotografía. César es un lector de este blog, fotoperiodista para la Voz de Galicia, que ha estado tres veces en Chernóbyl con objeto de realizar un libro fotográfico aún inédito sobre el lugar y se lo conoce ya como la palma de su mano. Nos lo cuenta así: un día, paseando por Pripyat con un amigo de fiar...

...me dice: "te voy a enseñar algo que lo ha visto muy poca gente" y me lleva a una habitación del hospital de la ciudad. Un sitio especialmente tétrico y bastante poco fotografiado. Coge un palo largo y con él saca de un armario un casco de bombero. "Este casco pertenece a uno de los bomberos que llegaron primero al incendio del reactor. No encontrarás muchas cosas que hayan estado a más de 20.000 roentgens".

Yo quiero darle las gracias a César por compartirlo con nosotros autorizándome a reproducirla en la Pizarra de Yuri; y recordar a todo el mundo que esta fotografía le pertenece y está protegida por copyright y los demás derechos aplicables en estos casos. César gastó mucho tiempo, trabajo, dinero y algún riesgo para conseguirla, junto al resto de su extraordinaria colección; este esfuerzo no merece que se la pasen al dominio público sin al menos pedirle permiso.

Escrito en memoria del hombre que fue con este casco a protegernos a todos, y sus camaradas.

Monumento a los liquidadores en Kovel, Ucrania
Monumento a los liquidadores en Kovel, Ucrania. (Del dominio público)

PD: Sí, con la ayuda de César y alguna persona cualificada más, estoy preparando una. Una gorda. Permanezcan atentos a sus pantallas, aunque no necesariamente de manera inminente. 😉